lunes, 22 de febrero de 2010

Comentario personal sobre "El dedo en la llaga"

En “El dedo en la llaga” nos encontramos con la historia de dos actores españoles que han viajado a Argentina para encontrar la fama que no encontraron en España (y que en un principio tampoco encuentran en Argentina) En todo su ascenso a la fama tienen varios encontronazos con la justicia del pueblo al que van a parar, ya sea por altercados montados en una gran cena, o por colaborar con una propuesta de teatro que deriva de esa gran cena y que ningún empresario desea que se lleve a término, pero que unos alumnos y un profesor amigo de uno de los actores lucharán por que se realice. Y entre esos vaivenes de leyes y mini-revoluciones se enamoran, se conocen, y aprenden del teatro, hasta que al final, a pesar de todos los impedimentos, la obra del teatro se realiza de una manera “privada”. Dejando ya atrás el argumento de la película, quiero poner que el hilo conductor de la película, creo yo que básicamente es la disputa entre la demolición o no demolición del teatro para construir un hotel. Es algo que pasa y ha pasado durante mucho tiempo. Es algo que me apena mucho, ver como lugares dedicados al arte, a la expresión, al entendimiento por otras vías que no sean el dinero, sino el desconcierto, la sorpresa, la alegría, son destrozados por el hambre de las empresas que solo piensan en devorar lugares que a su juicio son “económicamente obsoletos” para edificar ahí un frío edificio en el que cuatro personas con dinero podrán pasar ahí sus vacaciones. Bajo la excusa de creación de empleo (algo que estaría bien si no fuese a costa de la destrucción de este templo del arte) lo único que buscan es llenar sus bolsillos de dinero y más dinero, sin importar que la gente de, en este caso, ese pueblo, crezca sin un teatro en el que aprender que hay algo más allá de la vida simple que da algo de chispa a lo demás. Hay como otra dimensión, otro estilo de vida. Que al fin y al cabo, es este estilo, esta ilusión, ansia por conocer es lo que une a los alumnos del “loco” profesor Tolosa. Poder ver por primera vez una obra de teatro. Sin importarles de qué vaya, ni si es buena o mala, solo por el hecho de ver arte. A pesar de que en principio sea para ganar dinero para el viaje. Todo es movido al final por el arte. Por el teatro. Toda, absolutamente toda la película gira en torno a la lucha por conservar el arte (en mi opinión), cómo, peleando por algo que realmente quieren, consiguen llegar al final de todo, representando y observando esa obra que en un principio no había tenido ningún éxito. Y al final, todos ganan, tanto los alumnos, como el profesor Tolosa, como los actores españoles. Ganan una experiencia que creo que a todos nos vendría bien. El regusto dulce en la boca de saborear el teatro en su pura esencia. Discreto, en el que resalte solo el saber interpretar de los actores. A pesar de los métodos precarios que han sido utilizados en esta película, el argumento me parece una manera interesante de reivindicar que el arte todavía tiene seguidores incondicionales que son capaces de darlo todo por un poco de tiempo sumergidos en otra realidad (a veces evasiva, y a veces no).

Texto: Inma Granero (Primero Bachillerato A).



4 comentarios:

  1. la pelicula me gustó porque refleja como la gente unida puede llegar a conseguir cosas que creian que no podrian hacer, en este caso como llegan a reprensentar la obra a pesar de todos los impedimentos que les ponen.

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  2. Esto me recuerda a la frase de la canción de Quilapayun: "El pueblo unido jamás será vencido"

    Saludos revolucionarios.

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  3. Jorge! ya he he encontrado la pelicula! Lo conseguí!

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  4. Perfecto Víctor. Recuerda hacer el comentario. Un saludo, Jorge.

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